¿Te imaginas qué pasaría si se construye un edificio sin un plano de construcción? El resultado podría ser catastrófico. Lo mismo sucede con la escritura de un libro que no pasa por un proceso de planificación: el contenido de la obra puede tornarse frágil, desordenado y sin una vinculación que logre conectar con los lectores.
Escribir las primeras palabras de una página en blanco es uno de los momentos más difíciles y aterradores para todo escritor. Estoy segura de que nos sucede a todos, no sólo a quienes escribirán un libro, sino también al momento de comenzar a redactar un correo electrónico, una propuesta de cotización, una solicitud o cualquier otro tipo de texto que forme parte de nuestra cotidianidad.
¿Por qué nos asusta tanto la página en blanco? ¿Cómo superar ese miedo a escribir las primeras palabras? ¡Planificando la escritura del libro! Si tienes clara la idea sobre la que escribirás, cuál es tu propósito y a quién te dirigirás, te aseguro que las palabras fluirán mucho más fácil de lo que crees.
El proceso de escritura pasa por tres etapas: planeación, escritura y revisión (corrección de estilo); sin embargo, hay quienes únicamente se enfocan en la redacción y se brincan la primera y la última etapa y, en la mayoría de los casos, el resultado se ve reflejado en un libro con descuidos en forma (redacción, sintaxis y ortografía) y en contenido al notarse un desorden temático, con ideas inconexas y poco claras. Creemos que escribir es plasmar sin ton ni son en el papel o en la pantalla las ideas que se nos van ocurriendo. Si estás escribiendo tu diario personal o utilizando la escritura como terapia, hacerlo de forma automática es lo mejor, pero no es lo adecuado recurrir a esta práctica si tu texto tendrá lectores.
Planificar la escritura de tu libro es fundamental y me atrevo a decir que es el 50 por ciento de avance de tu obra. ¿En qué consiste el trabajo de planificación? Hay tres pasos básicos en esta fase:
Temática del libro
El punto de partida es tener claro el tema. Pareciera algo sencillo, pero si no lo tienes definido y no lo puedes expresar en unas cuantas palabras o en una oración corta, no tienes idea de lo que quieres escribir. No se trata de hacer una sinopsis o reseña que explique de lo que tratará la obra, sino de expresar en máximo diez o doce palabras la temática, de una manera específica, precisa y delimitada. Te recomiendo no avanzar más si no tienes tu tema plenamente identificado.
El propósito
Una vez que definiste el tema, ahora sí es momento de pensar con más detalle de qué va a tratar tu obra y cuál es la finalidad o el propósito que pretendes lograr en tus lectores. ¿Inspirar, entretener, informar, convencer, exponer, proponer soluciones a un problema?
El mercado
No puedes escribir creyendo que tu libro va dirigido a “todo el mundo”. Es necesario saber a qué público está enfocado. ¿A quién le quieres hablar? Necesitas centrarte en una audiencia específica.
Una vez que tienes resueltos estos aspectos, estás listo para estructurar o esquematizar tu libro y avanzar en su escritura sin sentirte perdido y con un rumbo certero. Si estás decidido a enfrentarte con la página en blanco y a planificar el contenido de tu obra, yo puedo ayudarte de manera individual o el en Taller “Haz tu libro realidad”. ¡Contáctame!